martes, 16 de abril de 2019

ATL, fuego, tierra y viento

El Museo Nacional de Arte inaugura ATL, fuego, tierra y viento; sublime sensación, muestra de sus colecciones representativas

• Incluye aproximadamente 130 piezas de arte, litografías, reproducciones fotográficas y diversos impresos

• El recinto del INBAL presenta por primera vez una exhibición autónoma; permanecerá abierta del 11 de abril al 29 de septiembre

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El Museo Nacional de Arte (Munal) fortalece su misión con la preservación, exhibición y difusión de sus colecciones representativas de producción artística en México, al tiempo que hace una revisión de sus fondos, por lo que la exposición ATL, tierra, viento y fuego; sublime sensación, cuyo discurso se encuentra fincado en el paisaje panorámico, vertiginoso, orográfico y telúrico, se organiza a partir de una selección del Fondo Atl adjudicado al recinto por el INBAL en 2007.

La muestra se nutre de una selección de 70 dibujos a lápiz y al carbón realizados por Gerardo Murillo (Dr. Atl), sustraídos de la adjudicación Atl de 147 obras sobre papel al Munal el 17 de diciembre de 2007 y procedentes de los fondos artísticos y nacionales del INBAL. ATL, fuego, tierra y viento; sublime sensación, a cargo de Víctor Rodríguez Rangel, curador del acervo del siglo XIX del Museo Nacional de Arte, cuenta con 104 piezas pertenecientes al acervo del Munal, cinco piezas de colecciones particulares y otra más del Museo de la Acuarela.

Los núcleos temáticos abordan las representaciones del telúrico nacimiento y erupción de Paricutín, ubicado en el estado de Michoacán, durante los años de 1943 al 45. La fase paisajística del Dr. Atl, en asociación con sus aficiones por la geología, la vulcanología y la expresión misma del poder de la naturaleza, que alimentaba su inquietud filosófica y mística, se manifiestan en inigualables producciones artísticas de dramática y expresiva esencia.

El seguimiento y observación del Dr. Atl, realizada día a día sobre este fenómeno que acaparó la atención mundial, está presente en ciertas piezas con acotaciones sobre el registro del desarrollo de la actividad del volcán, propias de las ciencias naturales.

Al importante conjunto pictórico de monumentales paisajes del Dr. Atl se suman producciones plásticas de Eugenio Landesio, José Ma. Velasco, Carlos Rivera, Cleofas Almanza, Joaquín Clausell, Francisco Goitia, Luis Nishizawa, Pedro Flores, Mario Almela y Jorge Obregón, que conforman una secuencia de casi un siglo y medio (1870 – 2016) que se descifra con naturalidad, entendiendo las sutiles modalidades conceptuales, estilísticas y técnicas propias de las asociaciones de los maestros con sus contextos artísticos.

La exposición de un conjunto amplio de este importante lote no había tenido lugar en el Museo Nacional de Arte como una exhibición autónoma, por lo que la producción pictórica como acento de los cuatro órdenes temáticos resulta espectacular para el visitante. Dos polos opuestos: violencia volcánica y serenidad campestre y alpestre, invitarán al público a contemplar serenos panoramas bucólicos de valles, nevados y bosques montañosos plasmados por diversos artistas mexicanos.

A la par de los señoriales lienzos y meticulosos trabajos dibujísticos de un artista patrimonial, considerado monumento histórico y artístico de México, como el Dr. Atl, se apreciarán estudios preparatorios para sus composiciones paisajistas en un ejercicio que revelará otra importante faceta de su producción.

La enérgica interpretación artística del violento nacimiento y desarrollo del Paricutín da pie a escenas “dantescas” de fuego, gases y lava. Las claves del paisaje “sublime”, son destacadas en estos panoramas y vistas que más que dantescas, amenazantes o violentas sensaciones, trasmiten al espectador las sugestivas cualidades poéticas y naturalistas no sólo del Dr. Atl, sino de exponentes como Cleofas Almanza, el último gran genio del paisajismo académico decimonónico en la línea Landesio-VelascoAlmanza; a lo que se agrega la contemporánea y fresca visión de Mario Almela.

Diez dibujos al carbón y al grafito, piezas con acotaciones puntuales, croquis y panoramas cargados de inscripciones sobre fechas y características de la manifestación volcánica y telúrica guardan un fascinante vínculo entre las anotaciones científicas de un geólogo o vulcanólogo y el inigualable acento plástico y sugestivo del Dr. Atl como paisajista nato.

A partir del monumental óleo Paisaje con volcán, de la colección Maricarmen y Jorge Ramos, se hace un correlato curatorial en este espacio con ocho dibujos, impresos y un cuerpo de fotografías. Además de la pintura La sierra del Dr. Atl y Gigantes de México de Pedro Flores.


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